Llega la Navidad, el momento de compartir la mesa con los seres queridos. Es una ocasión especial, única en el año, que se celebra con alegría y buenos deseos. Allí, el organizador tiene todo un desafío por delante, más aún cuando son muchos los familiares y amigos. Debe asegurarse de que haya comida para todos, variedad para elegir y también el infaltable momento del postre. Tendrá que comprar vino para el brindis. Y no puede faltar un acompañamiento para la comida que acentúe el sabor de cada bocado. El anfitrión deberá conocer cuál es la mejor combinación de vinos para multiplicar las sensaciones de una reunión inolvidable.
Comprar vino nunca es sencillo. Distintas marcas y distintas variedades dificultan la elección. Sin embargo, cuando se habla de los mejores vinos navidad, hay tres exponentes que hemos seleccionado por su originalidad y excepcional relación calidad-precio.
Cava Chozas Carrascal
Cava Chozas Carrascal
Elaborado con uvas chardonnay, de aroma intenso y notable cuerpo, y macabeo, con un dejo a frutos verdes, tiene quince meses de rima en una cueva subterránea. Es frutal, denso, de burbuja fina y bien integrada. Es ideal para la hora del brindis. La efervescencia en la copa liberará un aroma a manzana, flores y albaricoque. Un cava equilibrado, fruto de un vino criado un par de meses en barrica, aportando untuosidad, redondez y agradable tanicidad. Un cava con 93 puntos de la Guía Peñin.
Viña Sastre Crianza 2009 de Bodegas Hermanos Sastre
Viña Sastre Crianza 2009
Es un vino tempranillo que deja en la boca un aroma a frutas rojas, canela, nuez moscada y cacao. Envuelve el paladar con una caricia sedosa. Es un beso de pasión frutal, lleno de colores y matices. Está elaborado por una bodega con larga tradición en el rubro. Sin duda será la estrella de la ocasión, el vino que todos en la mesa deben probar y que debe acompañar el plato principal.
94 justificados puntos de Jose Peñin para esta pequeña bestia de la Ribera del Duero. Con aires de grande, con portes de clásico, con un precio muy atractivo, para una de las joyas de Ribera del Duero.
Celeste Roble 2010 de Bodegas Torres
Celeste Roble 2010
El tercer compañero del grupo es el tempranillo justo para cuando se acerca la hora del postre. Sus aromas tostados, a fruta roja y coco, forman parte de las sensaciones que aporta este vino goloso. Su nombre se debe a la altura a la que quedan las viñedas con las que se sustenta, una altura que acaricia las estrellas y vuelve mágico cualquier momento especial.
Un vino goloso y fresco, con la riqueza de los matices del paso por barrica, que aportan vainillas y tostados a una fruta en sazón, vivaz y golosa.
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