Como el amor a primera vista, sin una buena presencia, sin una primera impresión convincente, no hay flechazo posible. Los vinos se esfuerzan cada vez más por salir mejor en la foto, los que lo embotellan, los bodegueros son cada vez más conscientes de que la personalidad, que la presentación aporta al producto final un extra que es decisivo a la hora de vender más o menos, incluso a la hora de poder fijar un precio ligeramente superior en la etiqueta. Lo lamento, es un negocio, y el bodeguero que a veces es poeta, que a veces es filósofo y otras cocinero, cuando llega a casa le toca ser contable y hasta padre de familia, y le toca pensar en las matemáticas también.

Atrás han quedado los tiempos de los marqueses, de los condes y de los señoríos, la reserva no se lleva, el clasicismo ya no vende, esas etiquetas historiadas, esos pergaminos de rancio abolengo quedan cada vez más desterrados, reservados a veces a los vinos más viejunos, a los reservas más nobles, grandes vinos que se han convertido en los grandes desconocidos del momento, pero eso es harina de otro costal y de ello trataremos en ulteriores capítulos, aunque ahora haya que decir “post”, palabra que por no tener, ni plural tiene ¡¡¡
Los vinos ahora te cuentan una historia más allá del vino, a veces, simplemente arte por el arte Honoro vera

, pero muchas veces te cuentan algo más, un aspecto del vino

Gotes del Priorat

Gotes del Priorat

,un retazo de la historia de la bodega

Valderoble

Finca Valderoble

,un tema personal del elaborador

Emilio moro

Emilio moro

o hasta el dibujo que la otra tarde hizo el hijo del enólogo

El Mago

El Mago

Hay vinos en los que la etiqueta aporta incluso un valor añadido, en el aspecto físico de la expresión, estos dos ejemplos con etiquetas térmicas son buena muestra de ello:

Mar de Frades

Mar de Frades

Cuando aparece el barco en la etiqueta es señal de que la temperatura de servicio es la adecuada.

En este caso, en el margen de la etiqueta de este vino de Juan Echanove, nos aparece un termómetro elaborado con papel térmico.

Cinema wines

Cinema wines

En cualquier caso, como decíamos al principio, importa mucho el amor a primera vista, han evolucionado las etiquetas, ha evolucionado el vidrio, han evolucionado los corchos, a la par que han evolucionado los vinos, mejorando su elaboración, dándole más importancia a la fruta y abandonando las crianzas largas de “per se”.
Cuando catamos un vino, intentamos ser lo más imparciales posible, si se puede, se cata sin conocer la botella, es un elemento condicionador de magnitudes descomunales, pero cuando compramos no, y aunque para gustos colores, el mercado se decanta por los vinos más originales y que transmiten alguna sensación (http://vinosensis.com/es/vinos-ecologicos/691-remordimiento-2010-8426185040259.html) , alguna sonrisa. Más allá del vino en sí, la botella de vino nos debe proporcionar ese valor extra para acabar al final en la cesta de la compra.